MARITZA BARRETO

martes, junio 02, 2015

Es que nunca la silicona dio leche, ni menos aun ternura


Si aún no ha pasado el bisturí por tu piel,
Si no tienes implantes de silicona en alguna parte de tu cuerpo,
Si los rollitos no te generan trauma,
Si nunca has sufrido de anorexia,
Si tu estatura no afecta tu desarrollo personal,
Si cuando vas a la playa prefieres divertirte en el mar y no estar sobre una toalla durante horas,
Si crees que la fidelidad sí es posible y la practicas,
Si sabes cómo se prepara un arroz,
Si puedes preparar un almuerzo completo con postre,
Si tu prioridad no es ser rubia para llamar la atención,
Si no te levantas a las 4:00 a.m. para llegar primera al gimnasio,
Si puedes salir con ropa de gimnasia tranquila a la calle un domingo, sin una gota de maquillaje en el rostro…
ESTÁS EN VÍA DE EXTINCIÓN… Eres una mujer exquisita!
Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies;
Si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.
Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo;
Es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa, con una simple caricia y un buen consejo puede alegrarte la vida.
Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos;
Una mujer exquisita no es la más ardiente (aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes… y los que estamos fuera de foco somos los hombres); sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.
Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia; es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.
Y un HOMBRE… UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así.
Que se siente orgulloso de tenerla como compañera…
Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento…
Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, desde lavar platos y tender la ropa, hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes…
La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser ‘Muy machas’ nos llevan gran recorrido…
¡Qué tontos hemos sido -y somos- cuando valoramos el “regalo” solamente por la vistosidad de su empaque…!
Tonto y mil veces tonto el hombre o la mujer que busca en la calle, teniendo un exquisito manjar en casa.
Gabriel García Márquez
Divino Gabriel!
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Nunca la silicona dio leche
(por Maritza Barreto)

Mujeres!

Dejen de luchar contra el tiempo. Es maravilloso envejecer con dignidad.
El botox está reñido con la Sabiduría. Y la verdadera leche nutriente no proviene de la silicona, sino de unos pechos que un día se volverán laxos, pero que siempre estarán llenos de amor.
Miren la Naturaleza, mujeres. Los árboles se inclinan bellamente y sus maderas adquieren valor con los años.
Es tan patético ver una piel femenina que aparenta 15 pero que se expresa octogenariamente.
Además ¿para quién? ¿para quiénes? ¿quién lo exige?
Y a las jóvenes: cultiven desde ya la belleza interior, para que cuando sean maduras no necesiten cirugías.
Mujeres! No le sigan el juego a los cirujanos plásticos ni a los varones superficiales. Además ¡es tan caro!
La paz interior conseguida después de los 70 no tiene precio y es un talismán que solo pueden ver los que saben ver con los ojos del alma. Esos son los que interesan.
Escuchar hablar a una mujer sabia, gratifica inmensamente. Mujeres! Acepten el tiempo. Les trae un regalo maravilloso de insospechados placeres. Los placeres del alma, del equilibrio, de la sensatez que permiten la imperturbabilidad ante los acontecimientos adversos. Que otorga la capacidad de expresarse sin temores. Que nos hace sensibles a las cosas simples.
Comprende el valor de tus años. Nadie te va a valorar si no te valoras tú.

Maritza Barreto
(acercándose a los setenta)




1 Comments:

  • At 10:04 a. m., Blogger Unknown said…

    Maritza...busqué tu blog para saber más de ti y me encuentro con estas maravillosas palabras, plenas de sabiduría. Comparto sinceramente tu punto de vista. Harta estoy de la frivolidad hueca, que no aporta sino, resta, y rebaja la dignidad de la mujer hasta convertirla en una clase "fémina-objeto" disconforme con ella misma, corriendo en pos de algo que nunca va a ser posible: la eterna juventud. Sin embargo, cultivar el espíritu y expandir la conciencia Si es posible. Aboquémonos, pues, a ello!

    Te escribo por correo...

     

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